Gastronomía:
La cultura gastronómica ha incorporado elementos supervivientes de la cocina prehispánica y los ha hecho propios, así como los procesos y la preferencia por los productos locales; a esto habría que añadir la inventiva e imaginación que han logrado combinaciones que maravillan por su colorido, aromas y sabores. La comida oaxaqueña tiene colores de los que algunos platillos toman su nombre, como los moles verde, colorado, negro y amarillo, que matizados crean la famosa gama de los siete moles regionales. Además, Oaxaca produce quesos propios como el quesillo oaxaqueño, considerado como uno de los mejores del mundo; sus chiles nativos, como rojos y negros y el orégano oaxaqueño, participan en la singularidad de su cocina.